Han transcurrido miles de años desde que la profesión de abogado fue creada como un oficio en la Antigua Grecia. Su inicio estuvo marcado por varios tropiezos y prohibiciones, entre ellos que los reos y las partes implicadas debían dar la versión de sus hechos sin la asistencia de un abogado, o en la antigua Roma, que en el año 254 a.c. se prohibió el cobro de honorarios por parte de los abogados y se limitó a 3 el número de abogados que podían defender una misma causa.
Por lo tanto, y como consecuencia de hechos históricos, la profesión de abogado penalista ha evolucionado y cambiado la forma de su ejercicio legal. En José María Castillo y Asociados, queremos compartir con usted cómo debe ser un buen abogado penalista. Esperamos le resulte interesante!
Cualidades de un buen abogado penalista
En nuestra firma de abogados constantemente nos preguntamos ¿Cómo podemos ser los mejores en nuestra pŕactica legal, de abogados penalistas?. En ese sentido, partimos de la definición de cuál es nuestra función principal y colocamos al cliente y sus intereses en el centro de nuestra actividad. Partiendo de ello, y sin ser lo único que tenemos en cuenta, los rasgos individuales y las características que le permiten a una persona desempeñarse de forma óptima en su labor, como buen abogado penalista son:
Gerencia de proyectos: la gerencia de proyectos consiste en la habilidad de fijarse en los detalles, en usar la tecnología en el día a día, en visualizar los riesgos, en trabajar bajo las limitaciones de tiempo, en ser decidido, consciente de las debilidades y en la capacidad de organizar cada uno de los asuntos encomendados.
Nos hemos dado cuenta que a medida que aumenta la complejidad de los casos, se presenta el desafío de administrar proyectos de manera efectiva. Mantener una perspectiva general, mientras se gestionan los detalles de la estrategia y se ajustan a una línea de tiempo, requieren este conjunto de habilidades que a menudo desafortunadamente no se consideran como parte del trabajo de los abogados pero que son fundamentales al momento de administrar y proteger los intereses de los clientes.
Habilidades comunicativas: la comunicación se puede analizar desde la perspectiva abogado-cliente y desde el desempeño del abogado al momento de ejercer su labor.
En la interacción entre el cliente y su abogado es vital que el abogado penalista sea fácilmente accesible y que pueda comunicar la asesoría legal de manera clara, leal y honesta. La comunicación efectiva le garantiza al cliente la comprensión de la ley, establecer si hay elementos de delito, las opciones de resolución del conflicto y/o los procedimientos penales y los posibles riesgos que pueden surgir durante el proceso judicial.
La buena comunicación facilita una relación cliente-abogado basada en la confianza y la necesidad de proteger la imagen en todo momento.
De igual manera, tener un desenvolvimiento en el lenguaje tanto oral como escrito, le permitirá a un buen abogado penalista expresar sus argumentos de manera clara, persuasiva y concisa ante los involucrados y las autoridades o funcionarios judiciales correspondientes. Los ejercicios de debate y de hablar en público pueden ser una buena estrategia para fortalecer esta habilidad.
Habilidades analíticas: comprenden la competencia de sintetizar hechos y normas, extraer los problemas relevantes y discernir cuáles tienen consecuencias jurídicas, además de la comprensión lectora crítica y el razonamiento legal necesario.
En consecuencia, se refiere a la comprensión integral del caso, un buen abogado penalista debe estar en la capacidad de poder estudiar cualquier situación y analizarla desde todos los puntos de vista. Por ejemplo, desde el punto de vista del fiscal, del juez, etc. También debe ser capaz de poner a prueba sus propios argumentos para establecer su solidez. Debido a la implementación de los juicios orales, el abogado debe ser capaz de analizar tesis y generar respuestas, coherentes y bien argumentadas en la inmediatez.
Creatividad: los mejores abogados no solo son lógicos y analíticos, sino que muestran una gran creatividad en la resolución de problemas. La mejor solución no siempre es la más obvia y a menudo es necesario pensar fuera de la caja.
Reducir la discusión a una dicotomía entre la absolución o la condena es una estrategia simplista y niega la existencia de otros hechos presentados por el cliente. En cada caso, es necesario establecer si con otro tipo de defensa, mejor diseñada, se pueden multiplicar las alternativas procesales y materiales.
En nuestra experiencia, ha sido posible encontrar circunstancias atenuantes de responsabilidad, en la inmensa mayoría de los casos o mecanismos de resolución de conflictos amigables con mejores resultados y menos costos para nuestros clientes.
Perseverancia y disciplina: Al trabajar en un caso, un buen abogado penalista debe tener la fortaleza para enfrentar cada paso del trayecto, los resultados positivos sólo se logran poniendo todo el esfuerzo en cada una de las etapas para llevarlo a un final exitoso.
En muchas ocasiones y dada la congestión judicial, los casos avanzan con lentitud, por eso es importante persistir en la agilidad de los trámites, revisar constantemente su avance y estar listo para actuar con previsión en las siguientes etapas.
Experiencia y conocimiento: la experiencia es un atributo esencial para un buen abogado defensor penal. Es un componente vital para que el abogado penalista pueda brindar asesoramiento legal sólido, defender el caso con confianza y calidad, para discernir qué evidencia puede y no puede ser dirigida en un juicio, y que medidas se deben tomar en cada etapa procesal.
Facilidad para escuchar: es la capacidad de escuchar de forma activa al cliente, esto permite entender cuáles son sus inquietudes y ofrecer una asesoría integral.
Para escuchar de manera activa, un buen abogado penalista puede utilizar las siguientes reglas: dejar de hablar, colocar al cliente en un espacio cómodo, demostrar que está interesado, eliminar las distracciones, empatizar con el cliente, ser paciente, mantener la calma, evitar discusiones y críticas, hacer preguntas para aclarar y finalmente parafrasear lo dicho por el cliente para estar seguro que comprendió toda la información.
Talento de negociación: los buenos abogados penalistas son negociadores, buscan dejar a todas las partes sintiendo que se logró un resultado razonable, en lugar de tratar de atropellar a la contraparte.
Los abogados que tiene esta habilidad son capaces de capitalizar las oportunidades, son oportunos, toman la iniciativa y están en la capacidad de determinar el momento de negociar y sobre cuáles aspectos puede versar la negociación. Asimismo, dedican tiempo a analizar los beneficios del acuerdo para las partes y cuáles son las alternativas en caso de que no se llegue a un acuerdo. Con ese esfuerzo, un abogado entrará seguro a la negociación, con ventaja y una posición más inteligente.
Lo anterior, significa que obtiene un resultado justo, viable y sostenible en el tiempo.
Investigador: para preparar las estrategias legales es importante tener curiosidad por el conocimiento, indagar diversas fuentes de derecho, recolectar pruebas y comprender grandes cantidades de información.
En ese sentido es importante indagar: ¿Qué sucedió realmente y cómo se puede probar? ¿Qué no vio la fiscalía, la policía y cualquier otra autoridad? Todos estos hechos deben ser aclarados antes de iniciar cualquier acción.
Herramientas para desempeñarse con éxito
Además de solidez en las competencias anteriormente descritas, un abogado penalista requiere de las siguientes herramientas, para desempeñarse de la mejor manera:
Un amplio networking
Es importante cultivar relaciones tanto profesionales como personales. Crear una red diversa de colegas y mentores profesionales que puedan dar asesoramiento y orientación (y también a quién cómo retribución usted pueda asesorar). Cultivar relaciones con antiguos compañeros de clase de facultades y facultades de derecho, miembros de colegios nacionales o locales de abogados y miembros de organizaciones sociales que le interesen. Estas personas pueden ser fundamentales para acercarlo a sus clientes, así como para ayudar a promover sus atributos y habilidades dentro de la comunidad.
Fuentes de información confiable
Un buen abogado penalista debe estar actualizado en noticias, novedades jurisprudenciales, leyes, reglamentos, análisis de juristas, doctrina, costumbres mercantiles, normas internacionales, entre otras fuentes de información y de derecho. En ese sentido, los periódicos, los libros, las jurisprudencias, las gacetas oficiales y las páginas web de los organismos internacionales son de obligatoria consulta para estar en el estado del arte. Es importante recordar que la globalización nos reta a mantenernos informados no sólo a nivel nacional, sino también internacional.
Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones (TIC)
El impacto de la tecnología en la forma en que vivimos, trabajamos y hacemos negocios es generalizado. El derecho cómo profesión ha sido lento en adoptar la tecnología por razones culturales, competitivas y económicas, a pesar de ello, consideramos que un buen abogado penalista debe usar los servicios que las TIC le ofrecen para optimizar su desempeño e impacto en el medio.
Retos para las firmas de abogados
Trabajar de forma individual plantea un reto en sí mismo. Sin embargo, para enfrentar casos de mayor complejidad se requiere trabajar en equipo. Como firma de abogados penalistas, en José María Castillo y Asociados creemos que estos son los desafíos que enfrenta la abogacía moderna:
Trabajo colaborativo:
A medida que el trabajo legal se vuelve más especializado y más complejo, los equipos de expertos multidisciplinarios tienen la tarea de resolver los desafíos del cliente. Para ello, las firmas de abogados especializadas deben hacer alianzas y asociarse con abogados expertos en otras áreas u otros profesionales. Para que estos equipos sean efectivos, sus miembros deben evaluar las metas conjuntas, conocer las fortalezas y estilos de trabajo de los demás, proporcionar retroalimentación continua entre sí y gestionar los conflictos que se presenten en la relación.
Defender el cambio, la innovación, la diversidad y la inclusión.
Una era de cambio, innovación e interrupción requiere que los líderes sean curiosos y cuestionen las reglas existentes que no funcionan. En materia de innovación crear productos legales únicos será el valor agregado de una firma. Asimismo, en la composición de equipos, aumentar la participación de mujeres o minorías es un gran reto que brinda la diversidad e inclusión, que genere un ambiente de confianza con los clientes y capacidad de asimilación a mayor cantidad de experiencias que informan toda estrategia legal.
Promover el Design Thinking
Design Thinking es un proceso de resolución de problemas que ayuda a generar opciones, probar estrategias y obtener comentarios para innovar (es el método más utilizado para facilitar la creación de nuevos productos o procesos). También es una excelente metodología para resolver problemas de la vida en general. El pensamiento de diseño no solo ayuda a innovar, sino que también desarrolla la capacidad de reinvención al generar múltiples vías y soluciones desde el equipo de trabajo.
Demostrar la resiliencia.
La resiliencia es la capacidad de una persona para el crecimiento relacionado a pesar del estrés y consiste en habilidades y estrategias que se pueden aprender, practicar y mejorar. El cambio en una firma de abogados y el estrés viajan juntos, y algunos productos, procesos y sistemas innovadores de servicios legales van a fallar. Los líderes y los abogados de las firmas deben poder trabajar y sentirse cómodos con este tipo de entorno, y especialmente los líderes, quienes tienen la tarea de inspirar a otros.
Como pudimos apreciar, requiere de una ardua labor y constante trabajo ser un buen abogado penalista. Actualmente, es importante combinar el conocimiento legal con otras competencias para servir mejor a los clientes y resolver sus problemas de manera integral.
Los abogados deben aprender nuevas habilidades como gestión de proyectos, análisis de datos, despliegue de tecnología y diseño de procesos para aprovechar su conocimiento legal.
En José María Castillo y Asociados tenemos más de 15 años de experiencia en el ámbito del derecho, si está interesado en nuestros servicios como abogados o desea conversar con nosotros lo invitamos a contactarnos. También puede llamarnos a los teléfonos 265-8285, 66730435 ó 265-8294, con gusto le atenderemos.
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